Nuestra experiencia profesional ya de larga data, desde el mes de diciembre de 1998 cuando decidimos entregarnos de lleno al desarrollo de nuestra actividad profesional comunitaria, asesorando a condominios y comunidades ordinarias en varias partes de la geografía de Venezuela, nos ha llevado a precisar, en el tema de la morosidad que afecta a estas comunidades, tres tipos de morosos, a saber:
1) El Zángano, vivo o mantenido: aquí nos referimos principalmente al propietario moroso “indolente” con todo lo que npasa en su comunidad. No le importa realizar su aporte a los gastos comunes del condominio o comunidad, ya que sencillamente tiene una cultura de holgazán y de vivir a costilla del resto de sus vecinos propietarios.
Normalmente se trata de personas descuidadas; sus hogares son desordenados, descuidados y profesan una cultura anti democrática; abusadora y de pasar por sobre los derechos de cualquier propietario. Entran en conflicto permanente con las normas comunitarias que regulan la vida de los propietarios, y frecuentamente son personas pretenciosas, que quieren aparentar más de lo que tienen y que realmente son, y sobre todo, se la pasan pregonando y refiriendo a las supuestas relaciones que mantnienen con personas o instituciones del poder político. En síntesis, podríamos decir que son habladores de “pendejadas”; necios, infantiles y absolutamente resoponsables.
Para poner a estas personas en su lugar, nuestra recomendación a las Juntas de Condominios es que eviten desgastarse en discusiones con ellas, y simplemente, hagan valer el cobro del dinero que le deben a la comunidad, por la vía judicial, sin ningún tipo de contemplación.
2) El Caprichoso: nos referimos a aquel propietario que busca cualquier excusa para no pagar el condominio, aunque no llega al extremo de la categoría anterior. Son personas que pagan de forma muy irregular los gastos comunes; se atrasan frecuentemente, y les cuesta reconocer tal circunstancia, apelando a argumentos o quejas por cualquier circunstancia que vivan en el condominio o comunidad; como por ejemplo; si observan un área común mal mantenida o sucia, dejan de pagar; si determinada persona con la que han tenido algún conflicto en el pasado, pasa a formar parte de la Junta, dicen: “hasta que ese vagabundo no renuncie a la Junta, no pago el condominio”; en fin, son personajes con gran resentimiento social que utilizan “el no pagar” como herramienta de venganza contra su propia comunidad, e inclusive, a sabiendas que resultarán perjudicadas ellas mismas al no poder la Junta contar con el dinero suficiente para garantizar los bienes y servicios de la comunidad, a la cual ellas también pertenecen.
3) El moroso “Honesto”: ubicamos aquí a las personas que siempre han pagado puntualmente sus compromisos y gastos comunes, pero por circunstancia de enfermedad; accidentes; despidos, o situaciones de venganza polítca como ha ocurrido en la Venezuela comunista aún vigente en 2013, han perdido o han visto muy disminuidas sus fuentes de ingresos económicos, y no pueden pagar oportunamente. Normalmente, estas personas son grandes colaboradoras con gestiones y trámites que debe realizar la Junta en pro de los intereses y el bien común. Realizan y están dispuestas a suscribir convenios de pago, y por supuesto, cuando cuentan con solvencia económica, se ponen al día en sus deberes legales.
El condoiminio está diseñado para que todos hagan sus aportes mediante un factor que se llama alícuota; si algún propietario no lo hace, entonces surge de inmediato el déficit, que afecta el fondo de reserva; vale decir, que todos los meses dentro de los gastos comunes se calcula un porcentaje que incrementa el fondo de reserva (ahorros de la comunidad) que sirven para atender gastos de emergencia o determinadas circunstancias acordadas en el documento de condominio, su reglamento o por la asamblea de propietarios. Cuando un propietario no paga a tiempo, la Junta de Condominio como responsable del inmueble, paga a los proveedores con el dinero recolectado; pero se afecta el fondo de reserva porque de manera directa, no se podrá cubrir con el aporte para esta reserva, mientras se mantenga el dinero en el bolsillo del propietario moroso que por cualquier circunstancia no pague oportunamente.
En próximo artículo hablaremos de las estrategia para abatir la mora en la comunidad, lo cual está detalladamente escrito en nuestro libro: “GERENCIA DE CONDOMINIOS Y OTRAS COMUNIDADES INMOBILIARIAS”, a su disposición y el cual puede solicitar por nuestro correo electrónico: vprocondominios@gmail.com. En este blog, también podrá ver el índice de nuestro libro.
Rafael Ángel Viso Ingenuo