Precisamente una de las razones por las cuales las personas le tienen animadversión a integrar las juntas de condominios (Comités de Vigilancia en México) es porque señalan que se ganan de gratis enemigos en su propio sitio de residencia.

Y es que en los condominios hay muchas personas que tienen un afán de figuración que revelan un trasfondo de complejos personales y de limitantes graves que les impide relacionarse con otras (la gran mayoría) de una forma sana, transparente, honesta y productiva.

En nuestra ya larga experiencia de más de 20 años lidiando con condominoos de manera profesioonal, desarrollando contenidos tanto en Venezuela como en México, nos encontramos con personajes que quieren inundar todos los escenarios de la visa comunitaria y hacerse los indispensables para todo. Incluso, algunas personas se autodenominan “las salvadoras de la comunidad”; se creen figuras icónicas e históricas en un sobresalto de arrogancia creyendo que el resto de los propietarios, sus vecinos, son una especie de personas brutas o a las que les practicaron una lobotomía que les impide pensar con base a la ley y a la realidad que perciben.

Estas personas que se creen los adalides y redentores de los condominios pululan por allí; deambulan pescando adeptos que compartan sus resentimientos; sus chismes, sus debilidades para tratar de hacer ver que representan a una mayoría que en realidad, nunca pasan de ser un grupito de personas arrastradas (unas más que otras) que nutren sus vanidades a través del conflicto y normalmente obtienen por cualquier vía, beneficios económicos directamente del condominio.

Así, podemos distinguir a las “personas tóxicas formales”: las que presentan un perfil personal dentro y fuera de su núcleo familiar lleno de conflictos que generan un clima tan hostil, que son rechazados por la mayoría de los copropietarios que detectan fácilmente sus malas vibraciones energéticas. En este grupo hemos encontrado a muchas personas con títulos profesionales que manejan algunos conceptos y formalidades propias de su profesión, pero sin mayor profundidad intelectual, cultural o con rigor académico, que pretenden ejercer un liderazgo y que les sea reconocido, a través de las amenazas formales que verbalizan en todos los ámbitos de su actuación, para intentar ejercer control de grupos a través del miedo.

Pero también los “tóxicos informales o pusilánimes” que son aquellas personas que tras las cortinas se arrastran y sirven de manera rastrera a las oscuras intenciones de los propietarios tóxicos formales; que vienen a ser como las rémoras del tiburón; nutren su vanidad, resentimiento y caprichos de las miserias que estos últimos le lanzas. Hacen triste papel culebrero, arrastrándose por las sinuosidades de la deshonestidad intelectual; y no pasan de ser sino segundones negativos; los alfiles de las nulidades engreídas y tóxicas.

En nuestra presentación cuyo enlace dejamos aquí, podrán ver las conductas que normalmente desarrollan las personas tóxicas en los condominios, que las permitirán reconocerlas fácilmente y nuestras recomendaciones para neutralizarlas legalmente para evitar que hagan daño a las comunidades inmobiliarias.

Ponemos en sus manos un interesante ensayo esquemático que seguramente les permitirá desarrollar nuevas técnicas e ideas para impedir que las personas tóxicas se apoderen de los condominios, por la apatía de las buenas voluntades en asumir las responsabilidades de su conducción y administración.

Elaborado por: Rafael Ángel Viso Ingenuo; abogado egresado de la ilustre Universidad Central de Venezuela, en mayo de 1991, promoción de abogados 269 desde su fundación.

Presidente de Asesorías Pro Condominios, C.A. y Director fundador del bufete de abogados: Viso, Rojas y Asociados, Asesores Jurídicos, C.A.

@procondominios

https://drive.google.com/drive/u/0/my-drive

https://www.filco.es/breve-tratado-de-la-amenaza/

procondominios
Author: procondominios

Comparte este post:

Publicaciones Similares